ERP, negocio y big data
En los últimos años se han generado más datos que en todo el curso de la humanidad.
De acuerdo con el estudio sobre big data realizado en 2015 por OBS Business School, cada minuto, 4,1 millones de búsquedas son realizadas en Google; 3,3 millones de actualizaciones se comparten en Facebook; casi 40,000 fotografías son subidas a Instagram; más de cien horas de video son subidas a Youtube; 32,000 horas de música son escuchadas en streaming, y 34,7 millones de mensajes instantáneos son enviados por internet. En total, se estima que en tan solo sesenta segundos son transferidos más de 1,570 terabytes de información.
Para 2020 se estima que en el mundo habrá más de 6,100 millones de usuarios de smartphones y más de 30,000 millones de dispositivos estarán conectados a internet, lo que evidenciará un impacto considerable sobre la economía global.
La transición a soluciones tecnológicas basadas en datos en los próximos años supondrá aportaciones astronómicas en todas las regiones. Y el porcentaje de empresas que no había considerado incorporar proyectos de big data a sus planes estratégicos se irá reduciendo conforme esta vaya mostrando sus alcances y aplicaciones que, por ahora, se podrían considerar incalculables.
Planificación y analítica
Las organizaciones se enfrentan a un volumen de datos en continuo crecimiento, datos que provienen de distintas fuentes que es preciso gestionar con eficiencia para que realmente aporten valor al negocio.
Tanto en el entorno de las pymes como de las grandes corporaciones pueden obtenerse oportunidades muy provechosas si se cuenta con las soluciones tecnológicas apropiadas. Entre estas figuran, con un protagonismo bastante destacado, los sistemas para la planificación de recursos empresariales (ERP): de la informática, la columna vertebral de la gestión de toda la organización.
Para que un ERP pueda adecuarse a las demandas de la era digital o la cuarta revolución industrial, este debe poder trascender del manejo de tangibles (inventarios, equipos, contabilidad y finanzas, fabricación) al manejo de intangibles (datos). Esto implica la habilitación de una plataforma con capacidades analíticas e integrada a la big data que facilite y fundamente la toma de decisiones en diferentes áreas de la compañía.
Numerosas organizaciones todavía emplean ERP que fueron ideados para entornos que se han transformado de manera radical, por lo que la visión corporativa no logra ser lo suficientemente amplia y clara para afrontar con agilidad los escenarios que la hipercompetencia ha puesto sobre el tablero.
Si se tiene en cuenta el conjunto de beneficios que un ERP aporta a la organización y que las estrategias de negocio más novedosas se nutren de los datos –para lo cual la capacidad de almacenamiento es fundamental–, la conjugación de los sistemas de planificación empresarial y la big data se presenta como una idea congruente cuya gestión de información permitirá movimientos corporativos y comerciales más fluidos y certeros.
Según el mismo estudio, el sector privado latinoamericano se muestra confiado en cuanto a la generación de ventajas competitivas que las tecnologías de información y sus disciplinas asociadas pueden facilitar. En este sentido, serán aquellas compañías que consideren en sus decisiones estratégicas aplicaciones ERP y macrodatos las que más partido saquen de la optimización de los procesos y la posibilidad de detección de oportunidades.